09 Feb El diagnóstico de TDAH
El TDAH El diagnóstico de TDAH (Trastorno de Deficit de Atención por Hiperactividad) tiene que ver principalmente con un niño especialmente inquieto, con muchas dificultades para atender, para concentrarse o para seguir las reglas del contexto. Pero es algo que si bien genera muchos problemas en el período escolar, también se puede presentar en adultos. Es un problema que siempre se ha conocido, niños que son más moviditos y que hacen menos caso, pero es verdad que en los últimos años se ha convertido en un problema psicológico de más entidad y sobre todo el diagnóstico lleva en muchos casos a psiquiatras y pediatras a la medicación como forma de tratamiento. Es cierto que queda mucho por investigar y aclarar en relación a la medicación, si es eficaz o no. Hay algunos metanálisis que arrojan resultados contrarios al uso de la medicación para el TDAH, pero ese no es el tema en el que me quiero centrar hoy. Hablaré sobre una corriente de opinión que se ha hecho más conocida en los últimos años, y que plantea que el TDAH es un diagnóstico que se utiliza más en unos países que en otros. En países como España, se cree que es aproximadamente un 6-8% el porcentaje de niños que presentan este problema, cifras similares a la de otros países europeos. Sin embargo, se habla sobre Francia como una excepción a estas cifras, donde se plantean cifras más bien de un 2-3%. Esto les lleva a hacer el planteamiento de que algo se está haciendo mal en el uso del diagnóstico por parte de los profesionales. Las comparaciones se hacen sobre todo de Francia con EE.UU., éste último considerado por algunos como el extremo opuesto porque se manejan cifras de hasta el 9-10% de diagnósticos en niños. Así que el razonamiento que siguen es el siguiente: Mientras que en EE.UU. los profesionales consideran el TDAH como un trastorno biológico, con causas biológicas y que por tanto debe ser tratado con medicamentos psicoestimulantes; los profesionales franceses lo ven más como un problema con causas psicosociales y contextuales, y por tanto el tratamiento principalmente empleado es la psicoterapia, teniéndose en cuenta más el contexto social, y contando con la familia y los profesores para llevar a cabo la intervención. Esto puede parecer razonable a la vista de muchos como forma de abordar este problema, y más aún con estas cifras de prevalencia tan diferentes. ¿En qué se basan los defensores del enfoque francés sobre el TDAH? Pues sobre todo en las afirmaciones de una doctora en psicología llamada Marilyn Wedge, que publicó un artículo en el portal Psychology Today (conocido por no ser nada riguroso en sus publicaciones), donde explica que en EEUU se tiende a patologizar gran parte de los comportamientos que se pueden considerar normales en la infancia. Además plantea otros razonamientos de los que se abusa en muchas ocasiones: Que el trastorno es una gran engaño, una conspiración de las farmacéuticas, que se puede tratar sin ningún tipo de fármaco, y que en definitiva está sobrediagnósticado por médicos que tienen especial interés en prescribir medicamentos por los cuales se lucran. Estas ideas podríamos aceptarlas sin mucho esfuerzo mental ni espíritu crítico, aunque sólo sea porque nos suelen encajar fácilmente. Lo primero que diría es que sin duda estoy de acuerdo con algunos de estos planteamientos acerca del sobrediagnóstico o la utilidad en muchos casos de la medicación. Sin embargo, al analizar mas detenidamente los datos que se aportan para apoyar estos argumentos, observamos algunos peros. Las afirmaciones de que el porcentaje de diagnósticos de TDAH en EE.UU. es cercano al 9-10% no se sustenta en ningún tipo de estudio serio. Tampoco así la prevalencia de este trastorno en Francia, que en realidad se acerca bastante al 5-6% encontrado en otros países europeos. Si además acudimos a la fuente de este artículo, es extraño encontrar que la doctora Wedge no tiene ninguna publicación en revistas científicas, principalmente como decíamos sólo en la web de Psychology Today. Si bien no parece que sea tal cual plantean, y por tanto ni es una epidemia en EE.UU, ni es un problema tan menor en Francia; yo destacaría que hay parte del abordaje en Francia que parece útil y aprovechable como ejemplo para otros países. Se habla sobre una diferencia en cuanto a la forma de educar a los niños, sobre todo en comparación con EE.UU., que tiene que ver con que en Francia los niños parecen tener mayor estructura en sus tiempos y rutinas mejor implantadas. Y los padres parecen ser en general menos tolerantes con la desobediencia y suelen tener normas más claras. Se centran mucho en los hábitos alimenticios y suelen ser más rígidos e inflexibles en relación a los horarios. Tal vez lo interesante es que esto lleva a los niños a enfrentarse desde pequeños y con frecuencia a la frustración de no poder decidir sobre muchas cosas y tener que aceptar las normas que se le plantean sin mucha negociación. Otra aspecto que parece ser útil, y que podría ser aplicable a España, es que las familias cuentan con una buena red de apoyo que les ayuda a encargarse de la crianza cuando sus horarios de trabajo no se lo permiten, y no es tanto una tarea que recaiga sobre los centros escolares u otro tipo de recursos profesionales donde los niños pasan excesivo tiempo. Pero también hay algunos datos más preocupantes sobre problemas de salud en aumento en la población francesa juvenil, en relación al consumo de tabaco y alcohol. Un problema que algunos especialistas empiezan a relacionar con cuestiones relativas a los métodos de crianza y a cómo transcurre la adolescencia para muchos menores en Francia. En fin, a modo de resumen, todas estas ideas resaltan lo complicado que es llegar a conclusiones claras sobre muchos temas que se plantean en teoría claros como el agua. Y sirve de excusa para recordar que tal vez tenemos que mantener un cierto nivel de crítica o escepticismo ante la cantidad de información a la que accedemos a diario, y que en ocasiones damos por buena sin mayor comprobación.
Fdo. Alberto Moreno Gámez