Mindfulness o atención plena, significa prestar atención de una manera especial: intencionadamente en el momento presente y sin juzgar (Kabat-Zinn).
De forma rutinaria, y sin saberlo, desperdiciamos ingentes cantidades de energía al reaccionar de forma automática tanto al mundo exterior como a nuestras propias experiencias interiores.
Con la práctica de la atención plena conseguimos desactivar "el piloto automático", alimentar la calma, llegar a la aceptación de uno mismo y aprendemos a observar nuestra mente en cada momento, dándoles rienda suelta a nuestros pensamientos, sin que nos atrapen ni nos arrastren.
Algunas habilidades que se aprenden con la práctica de mindfulness son estas
No esforzarse en alcanzar una meta: Su objetivo es que seamos nosotros mismos, “intentando menos y siendo más”. No esforzarnos en lograr resultados, simplemente concentraos en ver y aceptar las cosas como son, en cada momento.
Estar en el momento presente: Centrarse en el presente en lugar del pasado (rumiaciones) o del futuro (expectativas, deseos, miedos).
Darse cuenta: Centrarse en el presente nos permite ser conscientes del estado de la mente (agitada o en calma ) y su contenido (pensamientos, sentimientos y sensaciones físicas). Para abandonar patrones mentales ineficaces, hay que ser conscientes de ellos.
Descentramiento: Es convertirse en observador que es consciente y toma perspectiva de los pensamientos, emociones y sensaciones físicas que están en el momento presente.
Ceder (dejar pasar = rendirse a la realidad). Observamos los pensamientos sentimientos o sensaciones. Los aceptamos. No nos dejamos atrapar por ellos. No nos apegamos ni nos identificamos con ellos.
No juzgar: Todos juzgamos. Se trata de no quedarnos enganchados en los juicios, de no creérnoslos muchos.
Recientemente, la Psicología Contemporánea ha integrado la práctica de mindfulness como herramienta válida, fiable y con efectos terapéuticos demostrados. Así, fruto de la práctica se observan los siguientes beneficios: reducción del estrés, reducción del dolor crónico, reducción de los trastornos psicológicos (ansiedad, depresión, etc.), aprendizaje de afrontamientos más eficaces, y estado de equilibrio emocional relacionados con el bienestar, la relajación, la calma y la felicidad.