UNIDAD DE TRASTORNO LÍMITE DE LA PERSONALIDAD

Los rasgos de personalidad son patrones persistentes de formas de percibir, relacionarse y pensar sobre el entorno y sobre uno mismo que se ponen de manifiesto en una amplia gama de contextos sociales y personales. Los rasgos de personalidad solo se transforman en trastornos de la personalidad cuando son inflexibles y desadaptativos, omnipresentes, de inicio precoz, resistentes al cambio y cuando causan un deterioro funcional significativo o un malestar subjetivo.

Las clasificaciones actuales de los Trastorno de Personalidad exigen:

Que el comienzo del trastorno se ubique en la adolescencia o al inicio de la edad adulta (inicio precoz).

Que haya una persistencia de la conducta en el tiempo (estabilidad) y en casi todas las situaciones (consistencia)

Que cause sufrimiento personal, problemas en el trabajo o dificultades en las relaciones familiares o sociales.

Los trastornos de la personalidad se caracterizan por patrones de funcionamiento desadaptativos persistentes que se dan en determinadas áreas estructurales de la persona, como son la afectividad, las relaciones interpersonales, el pensamiento y el control de los impulsos. Pese a los graves problemas vitales que acarrea a las personas esta forma de comportarse, pensar, sentir y de interactuar, una característica esencial de estos trastornos es la dificultad para modificar esa forma de relacionarse con el mundo y consigo mismo. Los trastornos de la personalidad interfieren significativamente en la vida social, familiar, de pareja, laboral y en otras áreas vitales importantes, ocasionando un intenso malestar tanto a la persona que los sufre como a las personas de su entorno más cercano.

¿Qué es el trastorno Límite de la Personalidad?

El Trastorno Límite de la Personalidad (TLP) se define como un patrón general de inestabilidad en las relaciones interpersonales, la auto-imagen y la afectividad, y una notable impulsividad que comienza al principio de la edad adulta o adolescencia y se da en diversos contextos.

Para diagnosticar el TLP, el profesional de la salud mental tendrá que observar en el paciente la presencia de 5 de los 9 ítems que se describen a continuación, debiendo ser requisitos indispensables que dichas características sean de larga duración (la persona lleva años padeciéndolas), persistentes e intensas, y generadoras de una importante interferencia en la calidad de vida de la persona:

Esfuerzos Frenéticos

Para evitar un abandono real o imaginario​

Patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas

Caracterizado por la alternancia entre los extremos de idealización y devaluación.​

Alteración de la identidad

Autoimagen o sentido de sí mismo acusada y persistentemente inestable.​

Impulsividad en al menos dos áreas que son potencialmente dañinas para sí mismo.

Ej. gastos, sexo, abuso de sustancias, conducción temeraria, atracones de comida, cleptomanía…

Comportamientos intensos

Amenazas suicidas recurrentes, o comportamiento de automutilación.​

Inestabilidad afectiva debida a una notable reactividad del estado de ánimo

Ej. episodios de intensa disforia, irritabilidad o ansiedad, que suelen durar unas horas y raras veces unos días

Sentimientos crónicos de vacío.

Ira inapropiada e intensa o dificultades para controlar la ira

Ej. Muestras frecuentes de mal genio, enfado constante, peleas físicas recurrentes.

Ideación paranoide transitoria

Relacionada con el estrés o síntomas disociativos graves. ​

ABORDAJE GRUPAL DE ADOLESCENTES Y ADULTOS CON INESTABILIDAD EMOCIONAL DISFUNCIONAL

Dirigido a

Adolescentes entre 14 y 19 años y a adultos

OBJETIVO

Promover estrategias de afrontamiento adaptativas, de regulación emocional, mejorar las relaciones interpersonales y la tolerancia al malestar.

En los últimos años ha crecido considerablemente el interés por este trastorno entre los profesionales de la salud mental, apareciendo diversas propuestas de tratamiento que arrojan resultados esperanzadores.

 

En Centro Limis, Psicoterapia & Personalidad, nuestra Unidad de Tratamiento Especializado en el TLP propone una intervención basada en la Terapia Dialéctica Conductual (DBT), de eficacia mostrada, cuyo énfasis recae en la aceptación y validación de los problemas emocionales del paciente para, desde ahí, conseguir el cambio. El objetivo fundamental es reconocer y validar la vulnerabilidad emocional que presentan los pacientes y dotar a la persona de estrategias para regular eficazmente sus emociones, al tiempo que aumentan las conductas adaptadas y el bienestar. Las técnicas que se utilizan tratan de forma exhaustiva las áreas problemáticas del trastorno: la vulnerabilidad e inestabilidad emocional, las conductas suicidas e impulsivas, las relaciones interpersonales, la rigidez cognitiva y las alteraciones en la identidad. Esta Terapia es una de las que mayor apoyo empírico ha recibido para el tratamiento del Trastorno Límite de  la Personalidad.

Atendemos, en formato individual y grupal, tanto a población adolescente como adulta.

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